miércoles, 17 de agosto de 2011

William Carey, el "padre de las mlSlones
modernas", quería traducir la Biblia a tantas lenguas
indígenas como le fuera posible. A principios
de 1832, su socio descubrió unas llamas que devoraban
el taller, y aunque los trabajadores lucharon
contra el fuego, todo se destruyó.
Al día siguiente, otro misionero viajó a donde se
encontraba Carey.
-No puedo pensar en una manera más fácil de
50
Aún queda música en usted 51
darte la noticia -dijo-o Anoche el taller se quemó
hasta los cimientos.
Carey estaba impactado. Toda su biblioteca se
había perdido, incluyendo diccionarios, libros de
gramática y Biblias, así como composiciones tipográficas
en catorce idiomas.
-El trabajo de años, desapareció en un
momento -murmuró.
Se tomó algo de tiempo para dolerse. Y después
escribió: "la pérdida es dura, pero no estamos
desanimados; en efecto, el trabajo ya comenzó de
nuevo en todos los idiomas. Estamos abatidos pero
no desesperados."
Las noticias del fuego llevaron a Carey a la fama
instantánea en Inglaterra. Y gracias a eso, se levantaron
fondos y se ofrecieron voluntarios para
ayudar. A fines de 1832, ya se habían publicado
porciones de las Escrituras, y hasta Biblias completas,
en cuarenta y cuatro idiomas y dialectos.
El secreto del éxito de Carey se encontró en su
capacidad de recuperarse. En una ocasión escribió:
"Hay dificultades graves en este momento y más se
avecinan, por ello, debemos ir hacia delante."8

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